La Olivera
La idea del proyecto nace de la reacción a las preexistencias que envuelven la parcela.
La parcela ofrece dos frentes a zona urbanizada (Este y Sur) y un frente al límite con la zona rústica (Norte). Es en este límite, final de la zona urbana e inicio de la zona rústica, donde arranca uno de los caminos rurales más conocidos por paseantes, caminantes y deportistas, uniendo Calella con Palafrugell y enlazando con el histórico “Carrilet” hoy vía verde que se extiende hasta Palamós y la preservada playa vírgen de “Platja Castell”.
Con una implantación clara a concentrar la construcción en el fondo de la parcela, disponiendo así de la mayor superficie libre en la orientación sur, es este histórico camino rural el que aporta sentido al proyecto.
Incoporando un gesto respetuoso hacia el caminante, que inevitablemente debe pasar junto a nuestra vivienda unifamiliar, se decide escalonar la doble altura del volumen a edificar. En clave de humor analizamos “¿Qué hace esto aquí? dan ganas de empujarlo” y así fue, la planta primera de la casa acepta un “empuje” de todo su volumen en dirección sur, dejando escalonada su fachada norte, permitiendo así una relación más humana con el camino rural.
Esta primera decisión genera el carácter de la casa, con una magnífica presencia en el frente sur, con un balcón a todo ancho que vuela casi tres metros y forma el porche principal para la vida en el exterior. El desplazamiento entre la planta baja y primera queda reforzado con el tratamiento cromático aplicado a las piezas horizontales de hormigón en el perímetro de la casa, formalizando la línea del movimiento entre ambas plantas.
El aspecto compacto se realza con un tratamiento del hormigón en los paneles de planta baja, conservando el color gris del material y enriquecido por la textura horizontal aplicada en el encofrado de fábrica, otorgando el aspecto sólido de la construcción.
La concepción funcional interior parte de una sencilla organización dónde la escalera divide la casa de este a oeste, disponiendo dos alas de habitaciones suite al frente y parte posterior. La divisoria generada por la escalera permite crear en fachadas este y oeste un vaciado interior detrás de la piel del edificio, formalizando el acceso a orientación este y una segunda zona de porche a orientación oeste. Climáticamente la escalera permitirá ventilaciones cruzadas entre las dos plantas, mejorando notablemente el confort interior en verano.
La planta baja tiene concepto de espacio abierto, con salón, comedor y cocina con isla, todo ello abierto al exterior principal con vistas al jardín y la piscina.
La ubicación de la piscina, al frente del porche principal y del mismo ancho que la casa, emprende un diálogo acorde con lo edificado, con una clara idea de orden global, dónde al caer la noche la lámina de agua iluminada es el horizonte de ambiente para la calma, relajación o el acompañamiento perfecto para un evento familiar o con amigos.
Una vivienda unifamiliar de 297 m2 en una parcela de 800 m2, con cuatro habitaciones suite, construida con sistemas industrializados de hormigón y acabados de alta gama, excepcionalmente ejecutada en 5 meses.
La Olivera es el nombre oficial de esta casa cuyos árboles principales que acompañan la entrada y marcan los extremos de la parcela son olivos.
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